Borrados 14 días de la temporada, los argentinos perderán u$s 2.340.184. Manu será el más perjudicado con 949.832 por no jugar seis partidos.
Hace 16 años, Manu sólo ganaba 1.000 pesos (o dólares en ésa época) en su debut en Andino. Sólo cobró un mes, pero estaba feliz en La Rioja, jugando la Liga. Los años pasaron, su status creció y hoy, como estrella de la NBA, es el 29º jugador mejor pago, con U$s 12.981.038 de salario en esta temporada. Pero ya no será tanto... La falta de acuerdo entre dueños y jugadores provocó la cancelación de las primeras dos semanas de la fase regular (ya fueron borradas del sitio oficial, que ubica el calendario a partir del 15/11) y, eso, obvio, se traduce en sueldos caídos. Los NBA cobran por partido disputado y si dividimos el salario por los 82 juegos, da que el bahiense se perderá de embolsar 949.832 dólares por seis encuentros. Duro. No es el único. Scola, el segundo que más cobra en Houston con 8.591.793, ya no verá 523.889 por los cinco sin ver acción. Nocioni, pese a tener una remuneración menor en los 76ers. (6.650.000), dejará de ganar más (567.683) porque son siete. Y Delfino, cuya paga anual es de 3.500.000, no contará con 298.780. Entre los cuatro, por los 24 partidos sin jugar, no embolsarán 2.340.184. Al menos entre los cuatro no alcanzarán a perder lo de Kobe Bryant. El N° 1 en salario no encontrará 3.462.829 cuando pase por el cajero...
Gino, ayer, volvió a entrenarse en Weber Bahía Estudiantes y mantiene su postura de esperar. Por ahora no considera fichar en su ciudad ni en Bologna (ver Manu, en...), aunque el dinero no debería ser un tema porque en cualquier lugar del mundo que juegue -si lo decide- se quedarán muy cortos de los U$s 158.305 que gana por juego en la NBA. Acá tallan más, en su decisión, el seguro por abonar y el nivel de liga. Obvio que ninguno quiere arriesgar y buscará el mayor desafío posible, en especial competitivos como Manu y Scola.
Los cuatro, igual, siguen esperando aunque tienen ofertas. No sería extraño que en días haya novedades ya que las posiciones de las partes están muy alejadas y, sin reuniones pautadas, no se ve un acuerdo rápido. “Estamos muy lejos en todo”, admitió Stern. Y ya no es, como parecía, que las diferencias está sólo en el reparto de las ganancias. Ahí hay un mar (de billetes), con los dueños exigiendo no superar el 50% y los jugadores, que hasta este año habían obtenido el 57%, anclados en 53%. Cada 1% equivale a 40 millones y la diferencia anual sería de 120. Además, en la última y maratónica reunión del domingo, la sexta en 11 días, sólo hablaron del otro punto, el sistema, y los jugadores se encontraron con la insistencia patronal en un tope salarial duro.
“Esto era parte de la estrategia, que los jugadores empezaron a perder sus salarios...”, opinó Billy Hunter, el director del sindicato. Los argentinos ya lo sufren en su bolsillo... roto.
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